miércoles, 15 de abril de 2009
capitulo3:confesiones
Caminé adormilada hasta mi habitación y me tiré en mi cama. Sabía que él vendría, lo sentía dentro de mí pero tuve miedo de haber soñado. A la mañana siguiente saludé a doña piedad (la dueña del hotelucho donde me hospedaba), ella me pidió que le hiciera las compras, lo hice encantada. Salí con rumbo al mercado, no había ni un rayo de sol en el cielo pero yo sabía que era de día. En la esquina de la señora que vendía las verduras había un mozo muy guapo de extraña belleza –sonreí- Edward era real y me amaba me lo había dicho y me había prometido no dejarme jamás, pero a la vez anhelaba mi sangre era como un cuento de terror; peor que el de los licántropos… y sin embargo quería quedarme en aquel pueblecito sin nombre y vivir junto con él por siempre.
Edward se hallaba allí con una mujer muy bella, sentí una punzada de dolor en el corazón…acaso él se habría arrepentido ya de lo que me dijo la noche anterior… desvié la mirada de su rostro y del de su compañera y me fijé simplemente en las verduras. Las batatas estaban baratas y me lleve unas 5, luego las patatas habían subido el precio asi que solo puede comprar tres… eso no sería suficiente para todos los que éramos en el hotelucho compré algunas cosas con mi dinero como tomates, cebollas, apio, pan, arroz y azúcar todo de a poquitos duraría una semana hasta que los inquilinos paguen la mensualidad habría más comida…
-buenos dias-alguien saludó atrás mío
-buenos dias joven -respondí secamente.
-se le ha caído esto señorita-me dijo entregándome un fajo de unos 50 dólares al menos, eso era mentira si yo misma había puesto de mi dinero para la comida de mis amigos del hotel, como se me iban a caer 50 dólares, además Doña Piedad me había dado solamente 5 dólares…
-que es lo que estás…-susurré desconfiada
-tómalos- me susurró- asi podrás hacer bien las compras para tu posada.-sonrió de forma encantadora, suspiré, era imposible ponerse a discutir con él delante de tanta gente asi que sólo tomé el fajo de dinero y me lo metí al bolsillo susurrando un gracias, luego lo miré y le dije:”cumple tu promesa” y me fui; pude comprar un poco más de todo lo anterior, inclusive pude comprar un poco de carne para el almuerzo, estaba muy feliz cuando llegue a la posada de doña piedad y le entregué la canasta con las compras.
-pero isabella-me dijo preocupada-¿como has logrado comprar todo esto con 5 dólares?
-he utilizado un poco de mi dinero para la comida de hoy-estaba de buen humor- después de todo-continué - toda buena comida tiene que tener carne- me reí, estaba feliz al descubrir que Edward era real…
-isabella… no debes hacer eso…-empezó a replicar la doñita
-lo he hecho por puro gusto, por favor doñita hágame ese caldo tan rico que solo usted sabe hacer-puse la cara más inocente de mi repertorio.
-hay niña niña…-se rió la doñita-esta bien te voy a complacer.
-¡¡¡yupiiii!!! Hoy hay caldo, hoy hay caldo- comencé a canturrear. Ayudé a la doñita a preparar el caldo más rico del mundo y todos nos alagaron a la hora de comer, fue muy lindo ver sus caras, felices y satisfechas. A la hora de lavar los platos Marina se nos unió.
-hoy la comida les salió increíble no dejaron nada-dijo alegremente-hasta mi pequeño Walter se ha terminado todo.
-me parece increíble que Walter se haya acabado el caldo; yo me zampé 3 platos-me señale el estomago y sonreí-es mi caldo favorito.
-si isabella todos lo sabemos-me dijo con dulzura la doñita piedad.
-y ¿como le van con la escritura a Walter?- dije mientras lavaba los platos de mis vecinos los gemelos Danny y Rose.
-pues bien ya sabe escribir su nombre –dijo orgullosa su madre; desde que llegué a aquella posada me encariñé con la criatura de marina, su pequeño Walter, de sólo 5 años, tan chiquito y tan dulce como la miel; Walter era pequeñito, menudo, de ojos verdes como esas extrañas joyas llamadas esmeraldas…
-excelente, él es muy listo… supongo que eso lo sacó de su madre-alagué a la trabajadora de marina-tan tenaz y trabajadora.
-calla y lava- me dijo riendo marina, mojándome el vestido.
Cuando terminamos de lavar nos fuimos cada una a su habitación a tener su propia privacidad, no tenía nada que hacer asi que me eché en la cama y pensé en lo ocurrido hoy día… sonreí, nada tenía sentido ahora y sin embargo estaba segura de lo que pasaba… una vampiro me amaba y yo le amaba a él... ¿tenía sentido acaso?
Eran aún la 6 de la tarde asi que salí a dar un paseo; pensé en ir a casa de Katherine para conversar un momento per me dió pereza ir hasta allá, asi que solo salí al pórtico del hotel y me senté en el piso, tenía ganas de leer. Katherine me había recomendado un libro de poemas llamado “visión in spring” de una tal William Faulkner, deseaba comprármelo para tener algo en qué entretenerme pero no me era posible, mi condición económica no me permitía esos lujos era básicamente una forastera, no tenia adonde ir, la doñita me había abrigado en esa posada… wueno soy feliz como soy una muchacha pobre, una “forastera”, me reí de esa palabra en silencio era raro decirme a mi misma forastera, esa palabra sonaba mal entre las personas de cualquier pueblo y sin embargo te daba tanta libertad…
Subí hasta mi alcoba y él ya estaba ahí. Me miraba con curiosidad y se veía más perfecto que la noche anterior; su iris era de un escarlata tan intenso que me estremecí de puro placer; al verle sus labios carnosos y rojos en contraste con su piel nívea sentí unas ganas inmensas de besarle pero me contuve, Edward estaba ahí sentado en mi cama mirándome divertido mientras yo estaba a punto de desmayarme por falta de oxigeno en mi sistema. Respiré con tanta fuerza que sonó como un ferrocarril estacionándose, sonrió.
-buenas noches bella- me dijo con tanta diversión en los ojos que me hizo sospechar algo
-¿hola Edward como se encuentra hoy?-sonreí y le mire divertida.
-muy bien, tenía ganas de verte –sonrió aun más se paró de mi cama y se acercó a mí, olió mi cuello y lo besó- hueles bien.
-gracias…-susurré apartándome de él un paso- ¿que tal le ha ido el día?
-muy bien rose, emmet y yo fuimos de caza y buenos nos divertimos mucho, supongo.
-¿supone?-pregunté mientras me senté en la cama y le invitaba a hacer lo mismo.
Dudó en sentarse a mi lado, parecía como si se contuviera pero en menos de un suspiro estaba ahí, era raro verle moverse tan rápido, bueno no diría verse porque no le veía sino más bien sentir que se movía. Comparada con Edward yo era una tortuga de dos patas que simplemente se arrastraba, en lo que se concierne a velocidad.
-la verdad es que cualquier sentimiento definiría lo que hacemos.-dijo muy seco, como si de repente el fuego que vibraba en sus ojos se apagara, como si de repente la vida que había en él desapareciera…
Me acerqué lentamente hacia él le tome la mano y la aferre hacia mi rostro, la bese un par de veces y luego la dejé en el lugar de antes; me miró con curiosidad y luego el fuego, la pasión de sus ojos renació…
-bueno- dije yo-esta tarde la doñita piedad me preparó mi caldo favorito-sonreí hasta que casi la mandíbula se me desencaja de su lugar-estuvo riquísimo… ¿Porqué me dió aquel dinero? ¿Acaso me vio cara de necesitada? ¿De quien era? ¿Era suyo? ¿Lo tomó? ¿Lo vieron? …
-muchas preguntas- dijo tapándome la boca con su fría mano.
-se lo dije- susurré sacándome su mano de la boca y colocándola en mi mejilla, me era imposible no dejar de tocarlo y de aspirar disimuladamente su aroma embriagador.
-¿Qué me dijiste?-susurró mientras me acariciaba el cabello con la mano que le había sostenido.
-que hoy me tocaba hacer las preguntas-dije abiertamente, me miró sorprendido y luego con ternura.
-¡¡¡huy verdad se me había olvidado!!!- dijo con fingida admiración-¿Qué es lo que quieres preguntar?
- ¡¡¡bueno todo lo anterior mas unas 5000más!!!-dije mirando al piso un tanto avergonzada.
-bueno te complazco-se rió de forma angelical-te di el dinero porque vi tus pobres compras y quise ayudarte, no te considero pobre es solo que no quise que gastaras tu dinero, el dinero era mío, por supuesto no lo tomé de nadie y no, nadie vió que yo te di el dinero de mi bolsillo ¿algo más?-suspiró como cansado pero vi la emoción en sus ojos
-uhmm… en la noche pasada le dije que si no podía convertirte en murciélago y volar hasta mi ventana y usted me respondió que si se convertía en murciélago yo me convertía en mariposa ¿se acuerda? –lo dije todo mirando a la pared que tenia detrás.
-si por…-me dijo atrayendo mi mirada a la suya con sus manos
-es que quería saber si usted ehmm…Se convierte en murciélago-sonreí débilmente y lo mire.
- no, no lo hago no puedo.- dijo conteniendo una carcajada. Aunque hago algo que compensa muy bien lo de convertirse en murciélago.
-¿asi que es?- pregunte llena de curiosidad, ese ser me llenaba de una curiosidad bárbara…
-¿quieres sentir lo que puedo hacer?- me miró lleno de frustración, y luego bufó
-¿Qué sucede?-le pregunte mirándole las manos- le pasa algo, se siente mal, se algo de primeros auxilios ¿será lo mismo con un vampiro?
- no, trankila no me siento mal y los primeros auxilios no son necesarios en mí aun que si deseas el beso de la vida puede ser una opción-sonrió tan pícaramente que me hizo sonrojar.
-¿entonces que le sucede? –susurré mirándole las manos aun, sus ojos tan bellos y destructivos perturbaban mi sentido de la razon y podría decir mil tonterías y malograr aquel bello momento…
-lo que sucede bella es que mi don no funciona contigo-me lo dijo de forma tan acida que casi me hace llorar-y eso me enfurece…
-¿su don?-respondí con voz ahogada-¿Cuál don?-articule con los labios
-mi don es el más raro en mi familia aunque tambien esta el de Alice y jasper… bueno yo soy el único para el cual no tienen secretos aunque jasper…-empezaba a hablar muy bajo y solo pude escuchar eso, el volteó y me miró y sonrió con tristeza- lo siento mi don es el más peculiar de mi familia puedo leer las mentes.
-¡que!- empecé a tartamudear-usted… me…me…mi…mente…ud…
-no no puedo leerte la mente-me lo dijo frustrado- y no sé porque…
-¡¡¡ufff!!!-suspiré- bueno eso me conviene-dije sonriente-es bueno tener privacidad ¿no cree?
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Wow, está muy bien aunque me pareció gracioso el final xD
ResponderEliminarAlgo que me llama la atención de tus capítulos es que Bella siempre se dirige a Edward por usted... ¿todavía no confía en él o es porque no le conoce muy bien?
Besotes