Me miró de una forma que parecía que tuviera algo de razón pero aun seguía molesto y por un momento humano mío me di cuenta, la primera vez que lo vi cuando hablamos él se había enfurecido para después preguntarme en que pensaba ¡eso era, Edward no podía leer mi mente…! Me reí de pura satisfacción, él me miró y me dijo:
- no le veo la gracia
- Yo si- sonreí tanto que las mejillas se me adormecieron.
- A ver dime ¿Qué gracia le ves?-me lo dijo como si quisiera matarme con la mirada, esquivé su mirada y la enfoque en mis piernas cruzadas bajo la enorme falda que usaba. Mi enorme falda roída por los años de viajes; cuando la compré me encantaba era de un bello purpura como el vino con unos hermosos arreglos dorados, ahora estaba vieja y mojada, gracias a marina, aun me gustaba pero ya no era la misma, supongo que la falda cambió igual que la dueña, suspiré…
- Bueno si usted se hubiera enterado de todo lo que he estado pensando me hubiera muerto de la vergüenza…-levanté la vista y él estaba ahí esperando que mi s ojos se alzaran, interceptó el viaje de mi barbilla tan rápido con su mano y me alzó el rostro para que mis labios y los suyos se encontraran…
Sus labios eran tenaces, apretaban los míos con tanta fuerza que sentí su respiración en mi garganta, ese olor dulce que tanto me encantaba estaba ahí en mi boca, devolví su beso con miedo, es que estaba mal, lo que hacíamos era impropio, pero de repente no me importó, no me importó que él me quería matar, no me importó que tal vez alguien pudiera escuchar, no me importó que tal vez el me tomara ahí, no me importó nada, nada solamente Edward y yo… el mundo desapareció y solamente estábamos los dos, solos en un cosmos distinto, sin guerra, sin muertes, sin miedo…
Me aparto rápidamente de su boca y caí boca arriba en la cama; él salto desapareciendo por la ventana y me quedé sola en mi pequeña habitación
Estaba confundida, acaso lo había decepcionado al no responder su beso rápido, o es que no tenía tanta habilidad al besar… era tan frustrante. Me bajé de la cama y dudaba entre salir o quedarme ahí sentada a esperarlo; no lo dudé iba a salir a caminar, me coloqué un abrigo y antes de abrir la puerta de mi habitación algo me retuvo, miré hacia atrás y le vi… me miraba con dolor y quería controlarse; me solté al agitar mi brazo y él me miro con tristeza. No entendía nada, era el vampiro más raro que había conocido en toda mi vida, bueno tal vez sería mejor si decía: era el joven más extraño del que he estado enamorada, esa tampoco iba bien entonces sería algo como: la cosa más rara que he conocido después de mi misma ¡aja ésa encaja perfectamente!
-quédate-me susurró –por favor quédate conmigo, sé que no me he comportado bien y lo lamento pero es que tu aroma tienta la motivación de no matarte en serio lo siento pero si quieres alejarte de mí no lo evitaré…
Suspiré es que acaso él no sabía que me era imposible alejarme, le amaba y eso era muy peligroso pero no me importaba mientras él me siguiera amando
-¿usted me ama?-pregunte, si él me decía que no me iría y no regresaría jamás… me importaba mas su amor hacia mí que hubiera dado cualquier cosa porque me dijera que si…
-Isabella- susurró mi nombre con tanto amor que en ese momento pensé que era el más sagrado de los himnos -te amo más que a nada en este horrible mundo, por ti mi querida Bella, por ti es porque aún sigo vivo después de tantos años, tú eres el amor de mi vida, por 65 he vagado por este mundo entre los míos con orgullo de ser el más poderoso de mi familia y al verte se mostró mi lado más débil te odié por eso, pero luego al ver tu inocencia, tu cariño, al escuchar tu risa reviviste en mi el amor que no había sentido desde hacía 65 años y no sabes cuánto te agradezco por eso, me has hecho humano, y no puedo vivir sin ti…
-¿promete no irse?-susurré mirándolo sonriendo- digo lo que estoy sintiendo es algo completamente nuevo para mí y no sé cómo manejarlo sé que debo alejarme-hice un gesto de dolor junto con él-pero no puedo porque incluso cuando no le veo en unos minutos el corazón se me encoje y duele y no quiero alejarme de su lado…- me acerqué y él me acunó e sus brazos- por favor no me deje, no ahora, no hoy por favor no hoy …
-shhh…- me tapó la boca con su pétrea mano-te prometo que nunca te dejaré soy muy egoísta para dejarte ir-sonrió con amargura-pero prométeme algunas cosas dos para ser precisos…
-¿cuáles?-dije con curiosidad, ladee la cabeza y le miré.
-primera, quisiera que si en algun momento hay algo que no te pueda dar y se deseas irte de mi lado lo dirás.- me miró con tristeza.
-no concibo algo que no me pueda dar pero si eso lo mantiene a mi lado lo prometo.
-asi me gusta wueno la segunda ¿podrías tratarme de tu? Es que me siento como un viejo cuando me dices “usted esto” “usted aquello” ¿podrías?
-uhmmmm… ¿quiere que lo trate de tu?-susurré con cara inocente.
-podrías hacerlo por favor-se puso de rodillas y me suplicó con miel en los ojos-en serio no me gusta que me trates de usted.
-ok, Edward COMO ¡¡¡TU QUIERAS!!!
-wow suena muy raro ¿no crees?- me reí disimuladamente- wueno iba a salir a dar un paseo no me gusta quedarme aquí es muy chiquito y claustrofóbico ¿a que si?-giré la cabeza mirándolo de otro ángulo para no sé… verle algun defecto, quizás; arrugué el ceño al darme que era perfecto…
-uhmmmm- susurró mirándome, me jaló y me tumbó en la cama y en menos de un latido humano estaba ahí sobre mi besándome el cuello-pues a mí me gusta mucho este cuartito le veo muy buenas cualidades ¿tu no?....
-ahora que me lo muestras de ese modo puede que si pero por ahora no – le empujé y me senté de piernas cruzadas mirándolo- aun tengo ganas de salir ¿te parece si vamos al parquecito de a dos cuadras que hay?- sonreí – hay columpios y es muy bonito ándale Edward ¿me acompañasssss? –Se lo dije arrastrando la ultima letra para que se diera cuenta de que lo estaba tuteando-por favor, por favor ¿si?
- claro pero no puedo salir contigo ahora, porque no he entrado contigo-sonrió pícaramente- aunque me hubiera gustado-me guiño el ojo-¿te parece si nos encontramos ahí?-me lo susurró y de repente me volvió a tumbar a la cama-¿segura que no te quieres quedar?
-uhmmmm me lo pone difícil pero prefiero ir a pasear-bufó y puso los ojos en blanco
-como tu digas, vivo para complacerte de ahora en adelante-se carcajeó y en ese momento la que puso los ojos en blanco fui yo
-nos vemos en el parque-suspiré ya lo empezaba a extrañar- ¿prometes ir verdad?
-¿dudas de mí?- me respondió con indignación en los ojos granates
-no, allá nos vemos-salió por la ventana muy rápido y me quedé sola nuevamente, suspiré; al abrir la puerta me di cuenta de que le había seguido el juego del cuarto porque en realidad odiaba esa habitación, sonreí estaba muy loca quizás demasiado me puse a tararear mientras bajaba las escaleras y casi me caigo, como no, mi torpeza atentaba contra mi vida otra vez, no me importo mucho y salí rumbo al parquecito susurrando alguna tontería que ni bien terminé de decirlo se me olvidó, Edward estaba allí como me lo había prometido pero le acompañaba una chica muy linda era distinta a la chica que le acompañaba en el mercado; suspiré y dudé entre encaminarme hacia él pero no me pude decidir porque ni bien corrió una brisa que me alborotó los cabellos él volteó y me sonrió llego hasta mí y me encaminó hacia los columpios y hacia la chica desconocida, sentí una punzada en el orgullo y me sonrojé Edward se dió cuenta y mal interpretó diciéndome:
-¿que te avergüenzas que te vean conmigo?-con unos ojos tan tristes que me dio pena al mirarlos
-de todas las cosas que me pueden avergonzar ésta no está en mi lista-se lo dije tomándole la mano a lo que él respondió con un beso en el cabello y con un nuevo brillo en sus ojos escarlatas…
-bella aprovechando el momento ya que Alice tiene su don omnipotente sobre mi y ahora en ti; te la quiero presentar; Alice ella es mi Bella… Bella esta es mi hermanita Alice.
-ay bella desde hace tanto que te quiero conocer-dijo Alice y se colgó en mi cuello en un tierno abrazo-encantada de que por fin pueda entablar amistad contigo ¿Por qué somos amigas verdad?-me miró y sonrió.
-encantada de conocerte Alice y claro que somos amigas me has caído muy bien y creo que me podré llevar excelente contigo-sonreí.
-bueno ¿te acuerdas que te dije que en mi familia hay algunos talentos como el mío? Alice puede ver el futuro…
-wow eso debe ser muy útil-sonreí y la miré-a ver tu lees la mente y tu ves el futuro-puse los ojos en blanco, ellos me miraron, Alice comenzó a reírse y Edward tambien-¿ahora que dije?
-no es lo que dijiste es lo que vas a decir –Alice estaba a punto de tirarse al piso de tantas carcajadas-descuida ninguno de nosotros tiene telequinesis ni lanzan nada de los ojos…
-oh entiendo-miré el columpio y quise pasearme me senté y empecé a balacearme, cerré los ojos y por un momento sentí que volaba abrí los ojos y ambos me miraban con ternura y cariño, sonreí y ellos me sonrieron
-ella es la hermana perfecta-susurró Alice – buena elección Edward se le ve tan inocente, tan graciosa y tan humana-sonrió- es justo como la predije-me miró satisfecha- perfecta para ti.
-lo sé Alice, lo sé.
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